El Ministerio de Ciencia e Innovación, en colaboración con el CSIC, el IDAEA y Mesura crean la “Guía para ventilación en aulas”, válida para centros educativos y otros espacios, cuyo objetivo es el de aportar pautas para reducir las partículas en suspensión en el aire interior susceptibles de portar el coronavirus SARS-CoV-2.

El riesgo de contagio por Covid-19 es mayor en ambientes interiores que en el exterior. La exposición a una mayor concentración de partículas en suspensión, susceptibles de contener el virus, en el aire de ambientes interiores, puede facilitar la infección, por lo que en los últimos meses se ha insistido en la importancia de una correcta ventilación.

El instituto IDAEA del CSIC, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la asociación Mesura, han desarrollado un nuevo documento, que marca pautas para una correcta ventilación en centros educativos con el objetivo de minimizar los contagios de covid-19: la Guia para ventilación en aulas.

Este manual, que sigue las recomendaciones de la guía Schools for Health de la Universidad de Harvard,  contempla diferentes posibles situaciones en las escuelas y da pautas para la correcta ventilación y purificación del aire según el volúmen de las salas, el número de ocupantes, su edad, la actividad realizada, la incidencia de casos de Covid-19 en la región y el riesgo que se quiera asumir.

Siempre que sea posible, se establece como primera preferencia la ventilación natural, especialmente la ventilación cruzada (ventanas y puertas en lados opuestos). Es decir, renovar el aire sustituyendo el aire interior potencialmente contaminado, con aire exterior libre de virus.  Como ejemplo, la guía de Harvard recomienda 5-6 renovaciones de aire por hora para aulas de 100 m², con 25 estudiantes de 5-8 años.

Si la ventilación natural no es suficiente, se propone la ventilación forzada con equipos individuales extractores o impulsores del aire. Si se hace uso de sistemas centralizados de ventilación, se debe incrementar la tasa de aire exterior y reducir la recirculación.

Y, en caso de no poder aplicar ninguna medida de ventilación, el consejo es purificar el aire. El sistema más eficaz se considera la filtración, que consiste en hacer pasar el aire ‘contaminado’ a través de un filtro de alto rendimiento, generalmente un filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air), que retiene las partículas en suspensión y proporciona aire limpio. Se recomienda HEPA H13 o superior (>99,95% de eficiencia).

 

La combinación de este tipo de medidas con otras de bioseguridad hacen que sea posible reducir el riesgo de contagio.

 

Mas información: Guía para la ventilación en aulas